¿Dónde está Pepe?

Estos días he estado pensando que me gustaría que Elea viera cómo y dónde teníamos sus cuentos, los comprados, prestados, regalados y heredados; por cierto, ¡muchas gracias, Prima Ari, por aumentar la colección! Primero he de decir que no todos están juntos en un sitio. La mayoría los tenemos en su habitación, sobre una encimera y a pesar de que no llega desde el suelo, los alcanza cuando está subida a la cama; estos libros son los que aún nos quedan grandes y otros a los que habrá que dar una nueva oportunidad. Por ejemplo tenemos Cebollino y Pimentón, ¿A qué sabe la luna?, cuentos puzles, un cuento en griego, etc. ¡una barbaridad de aventuras lectoras! Cada poco tiempo, si es que no me he llevado a casa media biblioteca y tenemos suficiente para leer, voy cogiendo cuentos de su habitación para dejarlos en el lugar de la casa que más le gusta a Elea, que es donde vive Pepe. ¿Cómo que qué Pepe? ¡EL POLLO PEPE! ¿Quién si no?

Nuestra estantería

De momento es el hogar de Pepe, Elmer, Mozart, Bumba, el puntito amarillo (el título oficial es ¿Jugamos? de Hervé Tullet), que se llevará otro post porque nos gusta bastante, y tropecientos animales a los que aún no hemos dado nombre.

Me gusta creer que siente el lugar como una recompensa, un premio por el esfuerzo realizado al aprender a ponerse en pie y mantenerse erguida. Con 8 meses comenzó a levantarse y descubrió que la estantería de los cuentos era un lugar perfecto para practicar y de paso descubrir amigos nuevos o visitar a los ya conocidos. Fue aquí donde empezó a soltarse de una mano, ¿cómo si no iba a coger los cuentos que quería?

Ahora que ya camina y se siente libre disfruta sacando los libros, dejándolos en el suelo en un montón y sentándose al lado/encima pidiéndonos que empecemos a pasar páginas y páginas. Y claro, a mi me tiene ganada viendo la estampa, aunque voy a sincerarme y declarar que en algunas ocasiones me he cansado de ver cuentos y he propuesto cualquier otra actividad.

Últimamente nos ha sorprendido que eche un vistazo a los libros que hay, escoja solo uno y o bien lo lea en la propia estantería o bien se lo lleve al sofá para leerlo sobre él.

Sea como sea, nos encanta verla así, decidiendo qué, cuándo y dónde leer y lo que más, lo que más, que pida nuestra compañía.

¿A quién le dará el relevo Pepe? ¿Y Paco?