Hoy os voy a presentar un cuento súper divertido y fantástico. Vais a pensar que cada vez que os hablo de algún libro me refiero a él de la misma manera, y, en parte, tenéis razón, porque la mayoría de ellos se hace un huequito en el hogar y pasa bastante tiempo entre nosotras, pero el que os traigo hoy va a ser uno de los más especiales en nuestra historia lectora.
Se llama ¡Shhh! Tenemos un plan del original ilustrador Chris Haughton y editado por Milrazones en su colección Milratones.
Este libro llegó a casa como hace la mayoría, bajo el brazo de mamá prestado en la biblioteca. No tenía mucha fe en que le gustara así que mi esfuerzo en contarlo contribuyó a que no le interesase nada en absoluto. (Otra vez manipulando los gustos y las decisiones de Elea, ¡agh!)
Decidí darle otra oportunidad leyéndolo y observando las azuladas imágenes sola y descubrí una magnífica historia en sus dibujos. Debía darle un giro a la lectura. Y así, junto a Haughton, creé el primer libro de suspense para Elea. No podía dar crédito al cambio al escuchar la “nueva” historia. No la he visto tan concentrada con un cuento nunca, quizá esté pensando: ¿dónde van estos cuatro?, ¿conseguirán atraparlo? o ¿serán ellos los atrapados?
Me encanta cómo se encoge cuando Tim, Tam, Tum y Tilín se acercan sigilosamente al pajarito para cazarlo; me alucinan los ojos que abre cuando contamos para echarle la red; me deshago de amor al escuchar sus primeras palabras que cuentan la historia conmigo; me emociono al verla elegir noche tras noche este mismo libro porque al final es uno de sus preferidos; me derrito al ver que disfruta del cuento como si no supiera lo que va a suceder…
Y lo que sucede es que cuatro personajes, a los que nosotras pusimos nombre y todo, tratan de dar caza a un precioso pajarito que descubren al caminar por el bosque durante la noche, y aunque avanzan con cuidado y están compenetrados no lo consiguen. Bueno, en realidad, uno de ellos sí, y lo hace sin red, practicando el respeto.
Después de tantas lecturas soy consciente de que no sólo debe aprender a respetar y cuidar la naturaleza, también tiene que aprender a no callar, a no verse limitada o cohibida por los demás, que debe luchar por lo que considere en cada ocasión, como hace Tilín.
Será uno de mis libros más recomendados para lectores a partir de 1 año, por las ilustraciones sobre todo, porque envuelven en su sencillez matices que completan las pocas palabras escritas, y porque os deseo los buenos momentos que nos ha hecho pasar en familia a nosotros.