Quiero presentaros los trabajos de dos personas que me han abierto un mundo de opciones a la hora de seleccionar libros para Elea.
A Mar Benegas le debo sentirme como una niña que descubre las posibilidades del lenguaje. Descubrir, sin duda es la palabra que le dedico a esta divertida y alegre poeta. Gracias a ella he descubierto la poesía, no con ojos adultos (para eso me queda mucho camino), sino con la fascinación que le produce a un niño algo nuevo y estimulante. Siempre dije “a mí la poesía no me gusta”, “no soy capaz de entenderla” y ahora es el momento de cambiar y deciros a todos “estoy explorando la poesía gracias a Mar”.
Biblioabrazo es el blog de Ana Nebreda que sigo casi diariamente deseando encontrar más lecturas interesantes. Reconozco que algunas las he tenido en mis manos trabajando en la biblioteca y no han llamado mi atención hasta que Ana las ha mostrado tan bellas y sugestivas.
Gracias a ellas y sus lindos trabajos he conocido a Ratón y su agitada historia. El libro se llama Blanco como nieve, su autora es Mar Benegas, el ilustrador Andrea Antinori y está editado por abuenpaso. En el blog de Ana Nebreda podéis (debéis) leer una reseña excelente.
En cuanto leí el post en Biblioabrazo busqué el libro en la biblioteca y lo llevé a casa. Me había gustado tanto y estaba tan contenta con el tesoro que le llevaba a Elea que lo leímos esa misma noche antes de ir a dormir. Y empezamos a crear nuestra versión reducida de la historia de Ratón.
Ratón es un personaje muy salao y muy limpio al que no le gusta nada mancharse. Todas las mañanas se asoma a la ventana de su casa y sale a pasear si no llueve, no sea que vaya a ensuciarse. Ese día decide dar un paseo, pero se aleja demasiado y no sabe regresar a su hogar. Así comienza la búsqueda de su casa y la gran aventura que vivirá hasta por fin dar con su ansiada morada. Tiene partes en verso y la prosa es tan sugerente que es uno de los libros mejor escritos que hemos leído hasta el momento.
Ratón quiere regresar a su casa pero no sabe cómo hacerlo
Ya en la primera lectura que hicimos, aquella noche, nació la musiquilla que acompaña los versos de Ratón cuando comprueba por la ventana si llueve. Y quedó tan chula que de vez en cuando la cantamos, aunque no estemos leyendo el cuento, ¡ole! Me encanta escuchar a Elea cantando, ha cogido lo de las rimas a la primera y aunque no hay quien entienda lo que dice, lo hace rimando y subiendo el volumen para que lo notemos.
Preparada para soplar en la casa del Viento
Lo que más me fascina es ver cómo va tomando parte en la representación de los cuentos que contamos en casa. Además de cantar la canción de Ratón es la que llama a la puerta en cada una de las casas que aparecen (y quien contesta “¿quién es?”). Conoce tan bien lo que va a suceder que está lista antes de pasar la página. En la primera casa que se encuentra Ratón vive el viento y se le agolpan en la boca la canción, el ¿quién es? y el soplar para hacer de viento.
Toc toc (LLamando a la puerta)
Una de las primeras cosas que hizo al ver al ratoncito tan blanco fue mostrárselo a Juanito y señalármelos para que observara que se parecían. Desde entonces, Juanito se pasa un rato pegado a la página, supongo que para que él mismo sea consciente de ello.
Analizando si Juanito se ha ensuciado tanto como Ratón
Realmente no leemos el cuento entero porque es demasiado para Elea; las partes de los personajes que habitan las casas a las que Ratón llama las reduzco bastante. Le digo quien vive ahí y soplamos en la casa del viento, nos abanicamos con el fuego y nos lavamos la carita en la del agua. Ya está.
Las casas del Viento, el Fuego y el Agua
Soy un ratón blanco,
blanco como nieve.
Solamente salgo
al ver que no llueve.
No quiero manchar
mi lindo pelaje.
Así siempre tengo
el más lindo traje.
¿Sabéis esas ocasiones en las que no podéis dejar de cantar una canción? Pues doy gracias a que me pase con esta. Os animo a leer poesía a los peques, lo primero porque es divertidísimo, porque les ayuda a memorizar las partes del relato sintiéndose capaces de participar en la narración (presenciarlo es maravilloso) y porque es mostrarles otro recurso lingüístico con el que puedan jugar más adelante.
¿Conocéis más cuentos de Mar Benegas? ¿Cuál me recomendáis?