Casi un año después confirmo, por si no había quedado claro, que el tiempo que sacamos para disfrutar con los cuentos ha disminuido brutalmente. ¡Qué desastre! Aunque a favor de mi familia diré que hemos encontrado otros placeres y los estamos exprimiendo a lo loco. Os pongo al día sobre las leonas de la casa.… Sigue leyendo Caracol, col, col